Seguro que más de una vez habéis escuchado esas frase. A mi incluso me han contestado, "bueno, ya me entiendes" . Pues sinceramente, no, no lo entiendo. Es increíble la de m3 de restos vegetales que la mayoría envía fuera de un jardín, en bolsas de basura. Y ya en otoño, se multiplica con las hojas que se caen.
Por cierto, muchas personas desconocen que está prohibido meter eso en el contenedor negro o de la basura mezclada. Muchos ayuntamientos , hablando con concejalía de Medio Ambiente, te conciertan donde y cuando van a recogerlo.
Lo ideal es compostar uno mismo en la parcela donde se produzca. Empecemos a ser cívicos y gestionemos lo que producimos. No enviemos al vecindario lo que no queremos.
Las hojas otoñales son un tesoro a la vista con sus coloridos. Siguen cumpliendo una función vital en el suelo vivo. Protegen a los seres vivos que viven bajo ellas de las bajas temperaturas. Son como la manta del suelo.
Y por otra parte, una vez que llega el agua y el frío, se empiezan a degradar.. Al ser materia orgánica descomponiéndose sobre el suelo, van incorporando sus nutrientes en él con la ayuda de varias reacciones físicas, químicas y biológicas. Funcionan como enmienda y como abono. Y al precio que están los abonos comprados, es para tener en cuenta. Además que es mantener el suelo activo, vivo.
Si te estorban en las zonas de paso, por el riesgo de resbalar, desvíalas a zonas de plantación donde no molesten.
Una vez que llegue la primavera, se pueden retirar y almacenar en compostadores, mezclados con otros restos y enriqueciendo si se desea. Para volver a las plantas una vez trasformado y dispuesto para ser su alimento, cerrando el ciclo vital.
La Asociación Española de Arboricultura promueve una campaña con un Sorteo, para concienciar que LAS HOJAS NO SON BASURA
Podéis verlo en su Instagram @aeaarboricultura, en esta publicación: Sorteo
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