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viernes, 11 de noviembre de 2016

Nuevo año agrícola y abonos verdes de invierno

El año agrícola suele finalizar con septiembre, tras el "veranillo de San Miguel", llega el frío y se empieza a considerar Año Nuevo agrícola a Octubre o Noviembre en el hemisferio Norte.

Esto es así, pues suele coincidir con las primeras lluvias y la puesta en "tempero" de la tierra. Ya os hablé en una entrada anterior de la importancia de trabajar el suelo en ese punto, donde no se deforma y lo dejamos en las mejores condiciones para poder almacenar aire, agua y elementos fertilizantes.

En ese punto, se suelen hacer las labores que desmenuzan y entierran los restos de la cosecha anterior.



Entre octubre a noviembre, dependiendo de la zona y el año metereológicamente hablando, se realizan las labores de preparación de la tierra y sembrado de los cultivos de invierno. Esto es una decisión muy acertada, no dejar la tierra descubierta en los meses de invierno para evitar la erosión.

Si la tierra queda desnuda, la fuerza e impulso de los agentes meteorológicos: el sol, la lluvia, el viento, el hielo ... realizan un arrastre de elementos y una compactación posterior de lo que queda.  Proceso que no se produce si la misma tierra se encuentra protegida por una cubierta vegetal. Además aumenta la humedad del suelo en esa temporada.

Al tener una cubierta en invierno, continua habiendo una rica vida microbiana y de pequeña fauna, animales pequeños que contribuyen a la fertilidad del suelo.

Las raíces de las plantas crean microcanales que evitan la compactación de la tierra. Algunas raíces llegan a profundidades desde donde pueden elevar elementos fertilizantes importantes para otros cultivos, como las crucíferas. U otros que pueden fijar Nitrógeno atmosférico como las leguminosas.

Estos cultivos se realizan no para recoger al final de la cosecha un fruto a recolectar, sino para proteger la tierra e incrementar su fertilidad. Este es un concepto que a mucha gente le cuesta asumir.

La materia orgánica es un elemento imprescindible y muy importante para los posteriores cultivos. En España hay suelos muy pobres en materia orgánica y es muy importante ir aumentando su riqueza.  Mediante esos cultivos-función, llamados abonos verdes, conseguimos todas esas ventajas.

Los abonos verdes de invierno suelen plantearse en el inicio de la rotación de cultivos para enriquecer la tierra de materia orgánica o en hojas que quedan libres de la rotación (pueden hacerse en cualquier época del año, pero en la temporada cálida es más difícil buscar un hueco libre)

O en zonas de monocultivo de temporada cálida, donde se abandona el suelo en la temporada fría, como eficaz herramienta para luchar con la infectación de malas hierbas en un terreno vacío de cultivo.

Vemos ejemplos actuales:

Nosotros tenemos este año en la huerta un mar de diferentes nabos. Nabos, colinabos, grelos portugueses, ...de 7 diferentes variedades.

Según hemos ido levantando hileras o filas de cultivos de verano, se fueron sembrando las crucíferas.


La siembra más clásica, más completa y que más masa vegetal consigue son las mezclas de cereales y leguminosas de invierno. Los cereales consiguen una altura que logra un volumen grande de biomasa. Y tienen otra característica que las hace ideales, sus tallos erectos pueden usarse para servir de tutor para que trepen leguminosas. Por eso, la mezcla cereal de invierno + leguminosa de invierno es una opción ideal. Centeno, avena, ... + con veza, habas, guisantes, ...

Os enlazo un vídeo grabado hace unos días de este otoño de una siembra de mezcla de invierno realizada detrás de un cultivo de verano. Gracias a Yoli de El Boca a Boca en Oviedo por permitirme compartir en este blog, por apostar por cultivar, consumir y llevar a su carta los mejores alimentos. ¡No perderos sus fabes entre otras muchas delicias, incluidas las vegetarianas!

El protagonista del video es Lino, es quien se emplea con les fabes en la cuenca del Narcea.


Otra característica de un abono verde es la sobresiembra para conseguir mucho material verde y evitar las malas hierbas. Si no hay espacio, es más complicado la nascencia de otras semillas y las que lo consigan, tendrán tanta competencia que se debilitaran.



Naciendo el abono verde

Una vez desarrollada el abono, cuando esté en estadio de máximo desarrollo y casi florecer, es el momento de empezar con el proceso de incorporación al suelo. No se realiza de una vez. Primero se realizan un corte o varios de desbroce consecutivo a varias alturas (según la altura del cultivo) y se deja encima del suelo para que pierda humedad y volumen. Después de unos días, se incorpora triturado al suelo de forma superficial. Conviene que vaya unido al abonado de estiércol. En el primer cultivo, mientras se nitrifica el abono verde, puede haber un deficit de Nitrógeno que resolvemos con el añadido extra en ese momento.



Esta ultima parte volveremos sobre ella en su momento. Y sobre como realizar en jardín más adelante.

¡Feliz finde!

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Facebook de El Boca a Boca, por si os apetece visitar en Oviedo.

Publicación Abonos verdes del ministerío de agricultura, aunque ya tiene unos años, comprende ideas para diferentes climas.



jueves, 31 de marzo de 2016

Suelo en Tempero









Se despiertan las plantas, ves brotar las yemas, con cada hora de sol casi ves crecer las hojitas, se nota que las plantas se despiertan y te apetece meter las herramientas en la tierra: plantar bulbos, nuevas plantas, quitar malas hierbas y la climatología se alinea con no sabes que constelación, no deja de llover en días o llueve toda la noche, o no llueve en otras zonas más cálidas ...y tú puedes, pero piensas...otro día que no debo

Digo: no debo, por que el suelo no está en "Tempero"

Los que alguna vez habéis trabajado la tierra sabéis que a veces falta humedad, la tierra se vuelve polvorienta, endurece y otras le sobra, se vuelve un queso, se pega a la herramienta, no se disgrega, se marcan las suelas de labor. 

El significado de esta palabra: Tempero, es muy importante cuando tocamos el suelo, vamos a fijarnos por qué?
La tierra es fácil de trabajar sin dañar la estructura del suelo. 

Es un estado óptimo de humedad y plasticidad.



Como me acaba de decir una amiga, el Tempero parece una "entelequia"
Y aunque casi lo parece, vamos a ver que influye y la importancia que tiene.

La estructura de un suelo es el estado de la granulometría de los elementos que la componen, estudia que agregados tiene y como se colocan. El estado es variable y tiene una evolución continua.

Todo el suelo ha partido de la roca madre, de la matriz rocosa de la formación del planeta. De forma resumida, esa roca se ha ido disgregando en partículas más pequeñas por acciones físicas y químicas: muy finas, finas, medias, gruesas
Van formando agregados o terrones, disposiciones diferentes en cuanto a la forma: prismáticas, bloques, granulares, laminares, ...




De Bijltjespad - Trabajo propio, Dominio público

Las diferentes moléculas que forman las partículas de los agregados están cargadas eléctricamente, eso produce que se combinen o dispongan de formas distintas, se cohesionen  y se adhieran, se clasifican en grados.

En Edafología, la estructura vertical del suelo se denomina Perfil y se llama Horizonte a las capas que forman un perfil.
Se representan las diferentes capas, ordenando en primer lugar con una letra:
Horizonte D: es la roca madre, el material original
Horizonte C o subsuelo: es la roca madre disgregada por acción mecánica y la meteorización, donde se distingue el material de partida todavia
Horizonte B o zona de precipitado; a esta zona llegan los materiales que son arrastrados desde capas superiores
Horizonte A o capa superficial: es la zona superior donde enraízan las plantas.

A su vez, cada capa se puede dividir en zonas de transición o en subcapas. La zona superior se divide en
zona A00 , donde se depositan las hojas y material vegetal sin descomponer
zona A0, material orgánico descompuesto
zona A1, color oscuro con presencia de materia orgánica descompuesta, humus. Zona de paso del agua de lluvia
zona A2, zona más clara por efecto del lavado del agua
la zona de transición del horizonte A al B se llamaría A3-B1



Podemos encontrar suelos naturales más o menos evolucionados, con más o menos capas. 





Generalmente, los suelos modificados de labor o los jardines, se trabajan en el Horizonte A, los árboles de raíces profundas bajan al B.  Sobre los horizontes inferiores no tenemos acceso, excepto que hagamos una obra profunda y/o movamos capas. 


Es en las capas superficiales donde nos importa más lo que pasa y como interactuar, donde podemos trabajar. Todo trabajo: adicción de materias, abonado, riego... va a entrar en el ciclo de ese suelo, que es dinámico. Tengamos esto en cuenta a la hora de voltear las capas.

Por otra parte, las partículas del suelo las podemos dividir por tamaños. Si separamos los elementos gruesos o gravas, mayores de 2 mm, nos quedamos con las partículas finas: arenas, limos y arcillas. La textura es la relación de estas 3 partículas que contiene un suelo. 



De forma gráfica, corresponde a esta representación triangular de arriba y sirve para hacer una clasificación de los suelos. Directamente relaciona las características agronómicas de un suelo con propiedades como la aireación, la permeabilidad y la capacidad de retención de agua.


Sobre estas partículas finas, el sistema internacional utiliza los limites Atteremberg para estudiar la plasticidad, el contenido de agua que soporta un suelo para producir un cambio de estado sin romperse o el rango de contenido de agua que el suelo es plástico. Está estudiado que tienen una alta relación con la cantidad de arcillas del suelo.

En esta tabla, podemos entender como a menor Indice o suelos menos plásticos, más arenosos, necesitan menos % de humedad en el suelo para romper la estructura.

El tempero es un punto intermedio entre el estado seco y el plástico. La labor permite que no se formen grandes agregados y no tenga tanta humedad para dificultar el trabajo.

Es muy importante, por que si destruimos una buena estructura, será muy complicado volver a deshacer unos terrones realizados por exceso de humedad durante la campaña o años.

Meter las raíces de las plantas en un suelo muy húmedo o muy seco, conllevara dificultades posteriores para desarrollar raicillas y la limpieza o mantenimiento posterior. Mientras que la labor en el punto óptimo, conservaremos un buen suelo para las plantas y para el mantenimiento.

Si está muy húmedo, podemos crear "suela de labor" o compactación profunda con las herramientas. Esa capa se endurece y es una dificultad añadida para las raíces y la penetración del agua.

Y para hacer labores más superficiales, como romper la capa superficial, necesita todavía menos humedad.

* Una comprobación de "andar por casa" es coger un poco de tierra en una mano, si al apretar el puño y luego abrir, conserva la forma de la mano, tenemos el punto de tempero.

Si al abrir se suelta, le falta humedad. Si se pega o se queda como un queso prensado, nos sobre humedad.

Es un tema un poco largo, pero me quería extenderme un poco para explicar que a veces la impaciencia nos puede y tenemos que aprender a valorar, si es conveniente o no querer correr. Una de las virtudes del buen jardinero es la Paciencia.

sábado, 20 de junio de 2015

Año Internacional de los Suelos

2.015 es el Año Internacional de los Suelos y la FAO le ha dado un slogan que me encanta:

"Suelos sanos para una vida sana"



Esta es la web en castellano donde encontrar un montón de información:











Infografias: