Esto es así, pues suele coincidir con las primeras lluvias y la puesta en "tempero" de la tierra. Ya os hablé en una entrada anterior de la importancia de trabajar el suelo en ese punto, donde no se deforma y lo dejamos en las mejores condiciones para poder almacenar aire, agua y elementos fertilizantes.
En ese punto, se suelen hacer las labores que desmenuzan y entierran los restos de la cosecha anterior.
Entre octubre a noviembre, dependiendo de la zona y el año metereológicamente hablando, se realizan las labores de preparación de la tierra y sembrado de los cultivos de invierno. Esto es una decisión muy acertada, no dejar la tierra descubierta en los meses de invierno para evitar la erosión.
Si la tierra queda desnuda, la fuerza e impulso de los agentes meteorológicos: el sol, la lluvia, el viento, el hielo ... realizan un arrastre de elementos y una compactación posterior de lo que queda. Proceso que no se produce si la misma tierra se encuentra protegida por una cubierta vegetal. Además aumenta la humedad del suelo en esa temporada.
Al tener una cubierta en invierno, continua habiendo una rica vida microbiana y de pequeña fauna, animales pequeños que contribuyen a la fertilidad del suelo.
Las raíces de las plantas crean microcanales que evitan la compactación de la tierra. Algunas raíces llegan a profundidades desde donde pueden elevar elementos fertilizantes importantes para otros cultivos, como las crucíferas. U otros que pueden fijar Nitrógeno atmosférico como las leguminosas.
Estos cultivos se realizan no para recoger al final de la cosecha un fruto a recolectar, sino para proteger la tierra e incrementar su fertilidad. Este es un concepto que a mucha gente le cuesta asumir.
La materia orgánica es un elemento imprescindible y muy importante para los posteriores cultivos. En España hay suelos muy pobres en materia orgánica y es muy importante ir aumentando su riqueza. Mediante esos cultivos-función, llamados abonos verdes, conseguimos todas esas ventajas.
Los abonos verdes de invierno suelen plantearse en el inicio de la rotación de cultivos para enriquecer la tierra de materia orgánica o en hojas que quedan libres de la rotación (pueden hacerse en cualquier época del año, pero en la temporada cálida es más difícil buscar un hueco libre)
O en zonas de monocultivo de temporada cálida, donde se abandona el suelo en la temporada fría, como eficaz herramienta para luchar con la infectación de malas hierbas en un terreno vacío de cultivo.
Vemos ejemplos actuales:
Nosotros tenemos este año en la huerta un mar de diferentes nabos. Nabos, colinabos, grelos portugueses, ...de 7 diferentes variedades.
Según hemos ido levantando hileras o filas de cultivos de verano, se fueron sembrando las crucíferas.
La siembra más clásica, más completa y que más masa vegetal consigue son las mezclas de cereales y leguminosas de invierno. Los cereales consiguen una altura que logra un volumen grande de biomasa. Y tienen otra característica que las hace ideales, sus tallos erectos pueden usarse para servir de tutor para que trepen leguminosas. Por eso, la mezcla cereal de invierno + leguminosa de invierno es una opción ideal. Centeno, avena, ... + con veza, habas, guisantes, ...
Os enlazo un vídeo grabado hace unos días de este otoño de una siembra de mezcla de invierno realizada detrás de un cultivo de verano. Gracias a Yoli de El Boca a Boca en Oviedo por permitirme compartir en este blog, por apostar por cultivar, consumir y llevar a su carta los mejores alimentos. ¡No perderos sus fabes entre otras muchas delicias, incluidas las vegetarianas!
El protagonista del video es Lino, es quien se emplea con les fabes en la cuenca del Narcea.
Otra característica de un abono verde es la sobresiembra para conseguir mucho material verde y evitar las malas hierbas. Si no hay espacio, es más complicado la nascencia de otras semillas y las que lo consigan, tendrán tanta competencia que se debilitaran.
Naciendo el abono verde
Una vez desarrollada el abono, cuando esté en estadio de máximo desarrollo y casi florecer, es el momento de empezar con el proceso de incorporación al suelo. No se realiza de una vez. Primero se realizan un corte o varios de desbroce consecutivo a varias alturas (según la altura del cultivo) y se deja encima del suelo para que pierda humedad y volumen. Después de unos días, se incorpora triturado al suelo de forma superficial. Conviene que vaya unido al abonado de estiércol. En el primer cultivo, mientras se nitrifica el abono verde, puede haber un deficit de Nitrógeno que resolvemos con el añadido extra en ese momento.
Esta ultima parte volveremos sobre ella en su momento. Y sobre como realizar en jardín más adelante.
¡Feliz finde!
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Publicación Abonos verdes del ministerío de agricultura, aunque ya tiene unos años, comprende ideas para diferentes climas.
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