En otoño, el valle es una preciosidad por los bosques. La mejor época para empaparse de amarillos y
ocres. Es muy bonito todo el año, pero el otoño es especial.
Ya estuvimos aquí en otra ocasión (entrada 2.011), pero insisto, merece la pena ir a conocer.
Vamos al lío, las imágenes fueron realizadas el finde pasado que disfrutamos de un día soleado y perfecto para pasear, tomar un aperitivo y comer algo del recetario asturiano en un buen ambiente.
Un buen plan es cruzar el pueblo en coche hasta la plazuela de la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves y allí aparcar. Así desandamos a pie el pueblo por la carretera hasta el primer puente del pueblo, disfrutando de la arquitectura rural, entre casas las tradicionales casas de corredor, casas de portal, quintanas y los hórreos.
Al llegar al inicio, encontramos esta casa preciosa que se conoce como la Casa del Cura, fue escuela en el piso inferior y casa del cura D. Ramón Puerta.
Entonces aprovechamos un ratín para observar el río Infierno desde el puente y luego desviarnos para volver por los caminos interiores del pueblo (entre la carretera y el río). Todavía se conservan los huertos amurallados, rodeados de avellanos y frutales. Son diseño de protección para la fauna silvestre que alguna noche baja al pueblo. Pequeños rodales para tener a mano verde y berzas, para la cocina y los pequeños animales que se encuentran en las cuadras del vecindario.
Intercalado con especies decorativas con su aspecto otoñal, como hortensias, rosales, , ...
Una de las cosas que más destaca en este pueblo, es el mimo que han tenido para cuidar su patrimonio etnográfico. En el paseo por el pueblo, encontraras carteles que te indiquen aspectos destacables, No ves un hórreo o panera en mal estado. Todos tienen un buen mantenimiento, los hay muy remodelados y también rincones decorados con aperos.
Y de vuelta a la plaza del pueblo, cruzamos el río a la otra orilla. Entramos a visitar el Barrio de Soto (Barriu de Sotu), que también se va arreglando y poniendo guapo, aunque sobre algún chalet nuevo.
En una de las casas de la ribera del río, han abierto una bar tienda que se llama "El Rincón". Un sitio pequeño, con mucho mimo y comida tradicional casera: platos guisados, asados, llambionaes caseras de la zona...
¡Feliz fin de semana!
Qué bonitas vistas, el pueblo no puede ser más auténtico y bonito! Lo a gusto que me comería yo unas de esas galletinas de avellanas.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por este paseo.
Gracias a ti por la visita Mónica. ¡Feliz semana!
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