Uno de los pueblos más hermosos y divertidos de Asturias, siempre ha sido Soto de Agues. Unido a los recuerdos de mi infancia, esos días de verano bajo el sol, Soto es etnografía viva por sus callejuelas, es gastronomía suculenta y sencilla (las truchas del Molino del Alba son deliciosas...), es deporte sobre sus senderos , es naturaleza viva, es una buena opción para pasar un día en un paraje precioso.
En el fondo del valle destaca la torre de Soto de Agues, en la ladera superior: Ladines.
El pueblo se encuentra en el corazón del Parque Natural de Redes y en el concejo de Sobrescobio. Se llega desde Rioseco, discurriendo la carretera sobre las vegas del valle, atrevasando pequeñas poblaciones rurales y acabando en Soto. Dispone de un amplio aparcamiento público, pues es el inicio de la Ruta del Alba.
Nada más descender del transporte usado, nos llamaran la atención dos elementos: la iglesia con su torre, de estilo historicista, de 1.805 con reformas posteriores en el barrio de San Andrés, y el puente medieval que cruza el rio.
Pasear entre sus barrios es una gozada. Nos encontraremos 48 horreos, un potro de herrar, dos capillas, un lavadero, .... En el pueblo, las casas disponen de pequeños jardines entremezclados con las plantas del huerto tradicionales. Las cosechas se siguen colgando de las barandillas de madera de los corredores: riestras de ajos, cebollas, maiz,... como antaño.
Si miramos alrededor, los grandes bosques y las peñas, nos dan una idea de los tesoros que nos esperan en nuestros paseos.
Agua cantarina, el sueño en un rio de montaña
Al doblar una curva te puedes encontrar a pequeños rumiantes, adaptados a estas escarpadas tierras.
Durante todo el paseo, las diferentes especies vegetales silvestres salen a tu vista, aprovechando hasta la superficie más difícil: sedums, verdolaga, campanulas, ....
Disfrutamos de una tarde preciosa de verano, ahora toca ir a disfrutar una de otoño.
Que bonito sitio...
ResponderEliminarTodo!! el paisaje,ese maravilloso puente y esas casas.
Imagino lo que debe ser pasear por el pueblo... tiene ese encanto especial, como si el tiempo no hubiera pasado...