viernes, 6 de julio de 2012

Disfrutando del huerto y un mar de frambuesas

Si la primavera es tiempo de mucho trabajo en el huerto, en estos momentos es un momento dulce, de cosechar los primeros frutos veraniegos o de preparación de algunas plantas para la floración, para después recoger sus semillas.

Este es el caso de las alcachofas de segundo año, con una inmensas flores. ¡Enormes! ¡Grandiosas!


Las lechugas Hoja de roble con sus vecinas las melisas, que ya se han autosembrado alrededor.


La acelga roja emitiendo la vara de flor.


Las frambuesas están en su mejor momento. Ya os las enseñe el año pasado en las  matas. A mi, me parecen deliciosas, pero en casa tengo que "venderlas" con ingenio.

Tras una buena tarde, que mejor postre que una Tartaleta de frambuesas a degustar en el jardín.


Una receta fácil:
  • la base de masa quebrada al horno
  • primer relleno de crema pastelera
  • segundo relleno de cobertura de chocolate y nata
  • final de mermelada de frambuesa casera
  • adorno: frambuesas frescas


Un rato de nevera, para que endurezca un poco.



¡Lista para degustar! ¡Perfecto mar de frambuesas en el jardín!



6 comentarios:

  1. Madre mía!!!! me ha entrado hambre de repente! qué pinta tiene esa tarta!!!
    Y esa flor grandiosa,me encanta,me encanta!!ajjaja. Es que me parecen tan ornamentales...

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  2. ¡qué rapidez Yolanda! coje un trocito, está buenísima. Estás invitada:)))

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  3. Que cosa tan apetitosa y tan rica, que frambuesas, podrían pasar por fresas si no lo dices.
    Yo me comía media ahora mismo sin escrúpulos de conciencia y la otra media para el café de la tarde jajajajajajajajajaj

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  4. Las frambuesas al natural están inmejorables, pero con esta presentación tan golosa...y encima en el marco de ese jardín...es como para teletransportarse.

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  5. Pero que buena pinta tiene esa tarta y que envidia me dáis los del norte con esos frutos rojos, son deliciosos y que poquito se prodigan por estas tierras.

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  6. Qué dulzura de tarta! Yo me cojo un pedacito, salto por encima de las fambruesas, una...otra...y me siento al borde de la tarta a contemplar el paisaje. Aunque difuminado, se intuye precioso también. No puedo evitar que la mirada se me vaya al fondo de la fotografía.

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